
El desafío del narcotráfico para la paz en México
Las operaciones de los cárteles de la droga han cambiado en respuesta a las transformaciones en los mercados de drogas ilícitas tanto en Estados Unidos como en México. Históricamente, las drogas de origen vegetal como la marihuana y la heroína eran las principales sustancias traficadas a través de la frontera México–Estados Unidos. Sin embargo, en los últimos años se ha registrado una notable disminución en la demanda de estas drogas, mientras que la demanda de drogas sintéticas —particularmente el fentanilo— ha aumentado considerablemente. Este aumento dramático en el tráfico de fentanilo puede observarse en la siguiente gráfica, que muestra el cambio indexado en el volumen de decomisos de drogas en la frontera México–Estados Unidos desde 2019.
La disminución en la demanda de marihuana mexicana se puede atribuir a la legalización y despenalización de su uso en la mayoría de los estados de EE. UU., lo que ha incrementado su accesibilidad interna. En 2013, cuando solo unos pocos estados habían legalizado su uso recreativo, los decomisos en la frontera México–EE. UU. eran de casi 1,350 toneladas métricas. Para finales de 2024, con solo un estado donde aún era completamente ilegal, el volumen de decomisos bajó a unos 25.5 toneladas métricas.
Ante la fuerte caída en la rentabilidad de la marihuana, las organizaciones de narcotráfico expandieron el tráfico de otras drogas más lucrativas, siendo el fentanilo la más destacada. A diferencia de las drogas vegetales, que requieren tierra y pueden verse afectadas por el clima, las drogas sintéticas pueden producirse químicamente en espacios pequeños y difíciles de detectar.
El flujo de fentanilo inicia fuera de México, ya que los precursores químicos se obtienen principalmente de China. Las organizaciones criminales mexicanas han explotado cada vez más el comercio legal de vida silvestre entre México y China para facilitar el tráfico ilícito. Estos grupos dominan los mercados domésticos de vida silvestre en México y utilizan productos de fauna como medio para transferir valor a comerciantes chinos, quienes a su vez les suministran los precursores necesarios para la producción de fentanilo.
La potencia extrema del fentanilo y sus bajos costos de producción lo hacen altamente rentable en volúmenes reducidos. Se estima que el margen de ganancia puede ser hasta 2,700 veces mayor que el costo de producción. Se calcula que los cárteles obtienen entre 700 millones y 1,000 millones de dólares anuales por el comercio de fentanilo. Los narcóticos sintéticos como el fentanilo son altamente adictivos y letales. A menudo se presentan en forma de polvo o píldora, y pueden consumirse inadvertidamente al estar mezclados con otras sustancias, como medicamentos falsificados. Un estudio realizado entre 2021 y 2022 analizó 40 farmacias en el norte de México en busca de drogas falsificadas o adulteradas. Se encontró que el 63.7% de las muestras vendidas como Adderall contenían metanfetamina, y el 29.6% de las vendidas como Oxycodona contenían fentanilo.
Los turistas extranjeros son especialmente vulnerables a la venta de medicamentos falsificados, en particular porque muchos estadounidenses viajan a México buscando costos médicos más bajos. La Agencia Antidrogas de EE. UU. (DEA) advierte que tan solo dos miligramos de fentanilo pueden ser letales. Con el aumento del flujo y consumo de esta droga, el número de muertes por sobredosis en Estados Unidos se multiplicó por seis entre 2018 y 2023.
Pese al aumento sustancial en el consumo de fentanilo durante la última década, datos recientes sugieren que su flujo pudo haber alcanzado su punto máximo en 2023. Como muestra la gráfica anterior, tras un aumento del 600% entre 2019 y 2023, la cantidad de fentanilo decomisada en la frontera disminuyó un 20% en 2024. Además, el año pasado fue el primero en el que se registró una reducción en muertes por sobredosis vinculadas a esta droga. Las muertes por sobredosis en Estados Unidos alcanzaron un máximo histórico de más de 110,000 en 2023, pero cayeron a alrededor de 87,000 en 2024. Esta caída se debió casi en su totalidad a una disminución significativa en las muertes por opioides sintéticos, principalmente fentanilo, que pasaron de unas 81,000 a unas 59,000. Expertos han señalado diversas posibles causas, entre ellas la mejora en la atención para adicciones, la venta de fentanilo menos potente y la reducción en la población vulnerable debido a las altas tasas de mortalidad en años recientes.
No obstante, dentro de México, a finales de 2024 se registró un aumento en los decomisos de fentanilo, al pasar el promedio diario de 4.4 kilogramos entre 2019 y septiembre de 2024 a 15.3 kilogramos posteriores a esa fecha. En diciembre de 2024 tuvo lugar el mayor decomiso en la historia del país: 1,100 kilogramos de fentanilo, equivalente a 20 millones de dosis y con un valor de mercado de unos 400 millones de dólares.
Si bien México ha sido tradicionalmente visto como país productor y de tránsito de drogas destinadas a Estados Unidos, su mercado interno de drogas ha crecido en los últimos años. La tasa de narcomenudeo ha sido el subindicador del IPM en crímenes de la delincuencia organizada con el mayor incremento en la última década, y el único que ha aumentado de forma continua desde 2016. Esta tendencia refleja una creciente dependencia de los grupos narcotraficantes mexicanos en las ventas a consumidores nacionales.
Datos del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones muestran que el abuso de sustancias ha aumentado en México en la última década. El número de personas que buscaron tratamiento por consumo de sustancias psicoactivas pasó de unas 142,000 en 2015 a cerca de 179,000 en 2023. Como se observa en la gráfica siguiente, este incremento ha sido impulsado por el creciente consumo de estimulantes tipo anfetamínico, como la metanfetamina y el éxtasis.
El número de personas que solicitaron tratamiento por estos estimulantes se ha multiplicado por más de cinco desde 2015. En contraste, el número de personas que buscaron tratamiento por alcohol y marihuana —antes las categorías más comunes— cayó 20.9% y 38.3%, respectivamente. Además, aunque sigue siendo menos frecuente, también se ha observado un aumento considerable en los casos de abuso de fentanilo en México: en 2015 solo se registraron cuatro casos de tratamiento por su consumo, mientras que en 2023 la cifra ascendió a 518.
Al igual que en Estados Unidos, estas tendencias sugieren un cambio en el mercado interno de drogas en México hacia las sustancias sintéticas, principalmente la metanfetamina. Este auge en el consumo de drogas sintéticas, tanto en México como en Estados Unidos, ha sido impulsado por su alto poder adictivo, su facilidad de producción, transporte y venta, y la elevada rentabilidad que ofrecen a los grupos de la delincuencia organizada.